lunes, 25 de julio de 2016

LLUVIA DE DIAMANTES (en texto y en video)


Cierro los ojos… y ya siento
tu resplandor oro-rubí…
¡…bendita lluvia de diamantes
que vas cayendo sobre mí …!
 
Con tu energía cantarina
de iridiscente vibración,
vas transmutando suavemente
la oscuridad del corazón…
 
Tus arco iris diminutos
-como cascadas de cristal- ,
me van sanando las heridas
de todo aquello que hice mal.
 
Y tu fulgor ¡cómo remueve
las aflicciones de mi ser !
( igual que el sol sobre la nieve,
que la derrite sin querer…).
 
¿De dónde llegas, agua-luz ?
¿Acaso vienes del Hogar,
y al empaparme con estrellas,
quieres llevarme a Recordar...?
 
¡Hazme de nuevo limpio y puro
tal como alguna vez lo fuí…!
- antes que el polvo de la Tierra
se aposentara sobre mí – .
 
Y no me quites la belleza
de tu milagro tornasol…
( como el de aquellos mediodías
en que también llueve con sol !)
 
Déjame al menos tu armonía,
tu claridad de amanecer…
cuando por fín abra los ojos…
¡ Y entonces deje de llover…!


Compañeros: el efecto de purificación y elevación vibratoria que propone esta poesía/ meditación, se potencia aún más si la practicamos junto con la ducha ¨material¨, la de agua-agua (sumada a la de agua-luz):



Al ducharnos por la mañana ( o a la noche ), visualizamos que el agua que desciende sobre nosotros está hecha ( en vez de gotas ), de miles y miles de diamantitos translúcidos (“…bendita lluvia de diamantes que vas cayendo sobre mí…”).



Al mismo tiempo, imaginamos una abertura encima de nuestra cabeza –en el chacra corona- ; otra en la zona del perineo –el espacio ubicado entre el ano y los genitales-; una en cada talón de los pies, y otras más pequeñas en la punta de los dedos de las manos.



Visualizamos la lluvia de agua-luz que nos recorre el cuerpo por afuera -sobre la piel- y simultáneamente por adentro -ingresando por la abertura superior-.



Sentimos esa “…energía cantarina de iridiscente vibración …” cómo va descendiendo por dentro y por fuera nuestro, disolviendo a su paso toda impureza, todo bloqueo, toda viscosidad que encuentre: “…vas transmutando suavemente la oscuridad del corazón…”. 



Luego de limpiar de esa forma el tronco, los brazos y las piernas, se va por las aberturas del perineo, talones y dedos de las manos, llevándose con ella toda la suciedad etérica , toda la energía de baja frecuencia que arrastró a su paso…y descargándola ( a través de los sistemas de desagüe) , a la madre Tierra para su transmutación definitiva.



Volvemos entonces a imaginar otra vez el mismo circuito, agregando ahora la sensación de que esas “…cascadas de cristal…”, nos van curando también los viejos dolores ( “…me van sanando las heridas de todo aquello que hice mal…”), y van disolviendo los antiguos pesares cristalizados en nuestro cuerpo energético ( “…y tu fulgor ¡cómo remueve las aflicciones de mi ser…!”).



Y culmina nuevamente el circuito con la descarga ya explicitada.



Seguidamente lo comenzamos una vez más : a esta altura ya debemos sentir/percibir/intuír que el flujo de luz que nos recorre, es más puro, mas incontaminado -cada vez van quedando menos impurezas que arrastrar-.



Acentuamos esa sensación de limpieza energética viéndonos inmaculados (“…hazme de nuevo limpio y puro tal como alguna vez lo fui…”), radiantes y hermosos (“…la belleza de tu milagro tornasol…”), esclarecidos y centrados (“…déjame al menos tu armonía, tu claridad de amanecer…”).



Realizamos el recorrido descripto cuantas veces queramos, y cuando sentimos que la limpieza/transmutación se ha completado, visualizamos que las aberturas ya nombradas se cierran , y salimos de la ducha.



Si se procedió con genuina intención, se sentirán entonces refrescados, energetizados, desbordantes de vigor y dinamismo, y simultáneamente llenos de paz y serenidad ; además comenzarán a confiar en que son realmente ustedes “los que están a cargo”, los que tienen el poder de crear/modificar vuestra realidad utilizando la intención y la visualización.



Con la práctica asidua, notarán el efecto acumulativo de esa purificación energética, y la facilidad e instantaneidad con la que la realizan, a punto tal, que el hábito de la “doble” ducha encarnará en ustedes con tal fuerza, que les terminará resultando inconcebible bañarse “ solamente con agua”.



(Claro que también puede practicarse en cualquier momento -con independencia de la ducha líquida- , cuando se sientan nerviosos, densos, irritables, e intuyan mucha negatividad en vuestros cuerpos : el procedimiento es el mismo, y los efectos benéficos idénticos ).


¡Vamos, compañeros…!


¡Ya es hora de tomar las riendas de nuestras vidas de magos…!

Jorge Oyhanarte

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