jueves, 28 de julio de 2016

Francesco decide volver a nacer- Capitulo 20


Capítulo veinte.
Hay tantas recetas mágicas como personas. Pero magos sólo hay uno, y ese eres tú. 
Todo mago maneja de maravillas los cuatro elementos: 
El aire en el aliento. 
La tierra en el cuerpo. 
Agua en la sangre, y Fuego en el espíritu. 
Camila estaba en la puerta del hospital desde muy temprano, no la dejaban pasar porque había una protesta por aumentos de salarios, todos en huelga. 
¿Y los pacientes, no piensan en ellos?, pensó Camila, Otra vez esto, hasta cuándo, se preguntó. 
Camila ya venía muy cansada de la vida, ser mujer en estos tiempos implica hacer mil cosas a la vez: madre, padre, hija, profesional, mujer, etcétera. 
Liberación femenina pensó Camila. 
Mientras tanto estaré aquí, atrasaré todo mi trabajo, me iré tarde de mi casa, no se qué le haré de cenar a las niñas, no podré ir a tomar mi turno con el dentista, ¡otro día perdido! 
Y ella esperó con paciencia el momento adecuado para entrar al hospital. 
Llegó a su habitación, se preparó un café, olía rico, y se interesó por las novedades de sus pacientes.
No habría nada que le diera tanta alegría como tener que darles el alta. 
Como también le molestaba cuando tenía que avisarle a alguien que debería quedarse internada. 
Camila terminó cansada el día pero sin embargo tuvo una sorpresa, la madre de una paciente le regaló un osito de peluche que tenía un cartelito que decía "gracias". 
Además, la hija de esta señora no dejaba de sonreírle. Llevaba tan sólo dos horas de estrenar su maternidad, se sacó un dije que parecía una pirámide y le dijo: Aquí tiene doctora para que se acuerde de mí, de todo lo que luché para poder llegar a este maravilloso logro, el más preciado de mi vida. 
Ahora, cada vez que usted lo lleve le recordará que trae suerte a todos los que se esfuerzan por salir adelante. 
Gracias, Paty, eres muy amorosa. 
Claro que te recordaré. ¿ Qué es este dije? 
Es precioso por donde lo mires. ¿Es de aquí, quiero decir, de este país? 
No, es de India, me lo regaló mi madre. 
A ella también se lo regaló una mujer que dijo ser algo así como un ángel. 
Tú también eres un ángel, estamos llenos de ángeles. Cuesta encontrarlos entre tantos ángeles caídos. No seas mala le dijo Camila a su paciente , las personas somos todas buenas. Bueno, pero hay algunas más buenas que otras. Y Camila fue rumbo al auto caminando sin prisa, ya los nervios se le habían pasado. 
No había más que preparar la cena y esperar a que las niñas llegaran de la casa de su  abuela. Se dispuso a cocinar algo rico para sus pequeñas. 
Mientras elegía los ingredientes y se colocaba el delantal iba sosteniendo un diálogo interno: Después de lo que le había sucedido con Damián, después del gran milagro que vivieron en el hospital, después de haber llorado porque su pacientito tenía tan sólo horas de vida ya no habría ningún problema que la perturbara. Sólo un poco de agujeros negros en el corazón por no encontrar un amor que le diera las caricias que a ella muchas veces le solían hacer falta. Lila continuó con su rutina del día a día. Y recordó el último tema de conversación que le había dado días atrás en la plaza ese extraño señor: Suerte bueno que te dieras cuenta de los efectos colaterales de la vida le había dicho el buen hombre. 
No entiendo qué quieres decirme dijo Camila algo confundida. 
Tú como médico debes mirar los efectos colaterales que tienen las medicaciones, ¿no es así? volvió a preguntar el hombre. 
Debería hacerlo agregó Camila. 
Pues así puedes evaluar los beneficios y perjuicios de cada medicina. 
Pero si no te informas que éstas podrían estar haciéndote mal y tú no lo sabes, entonces corres riesgos de que sea peor el remedio que la enfermedad. 
Por eso sería bueno que cada vez que quieras hacer algo, o al empezar una relación con alguien, evalúes los efectos colaterales.
Así evitarás sorpresas desagradables que puedan suceder en un futuro. 
Si no sabes qué está sucediendo en tu cuerpo, en tu Mente y en tu alma, ¿cómo sabrás qué te está ocurriendo en el aquí y ahora? 
Mide las consecuencias y estarás más preparada para que, pase lo que pase, aceptes lo que acontezca y te puedas preparar como un guerrero de paz para cada lección que tengas que atravesar. 
Ella recordó esa conversación como si la estuviera reviviendo aquí y ahora, y hasta podía verse en su recuerdo contestándole a ese extraño hombre. 
Yo nunca miro los efectos colaterales de los medicamentos. Si no, sería imposible recetar. 
Y menos podría encontrar los efectos colaterales, aún los de la vida se dijo en voz alta mientras seguía recordando la conversación; 
¿ Y te va bien sintiendo de ese modo, sin pensar en riesgos? le había preguntado el extraño. 
A veces bien, otras veces no tanto. 
Quizás si tomaras algunas medidas podría irte mejor, ¿no te parece? Déjame darte este último consejo luego tú decidirás cómo te tomas la vida. La vida te presenta posibilidades buenas o malas, depende de lo que interpretes de ella. 
No hay forma de vivir en las buenas constantemente, porque hasta el beneficio constante nos hace mal y hace que dejemos de cultivarnos.
Observa, Camila, que todo lo que estás por emprender tiene una receta de cómo hacerlo, pero tú no la sabes. 
Tienes que adivinarla. 
Quizás te puedas saltar algún paso que no sea importante y el resultado sea el mismo, pero quizás te salteas otro o agregas otro y el resultado es pésimo comparado con lo que esperabas. 
Entonces tienes que adivinar la receta de cómo hacer. Pero como no sabes cómo hacerlo, para no equivocarte debes trabajar con tu intuición. Ella no te fallara jamás. 
Pero si te cuesta darte cuenta cual es esa intuición, entonces tus proyectos serán un fracaso. 
Al día siguiente Camila se despertó con mucho sueño, sus ojos no parecían responder a su idea de abrirlos. 
Suspiraba una y otra vez, estiraba los brazos Estaba sintiendo la soledad, ese sentimiento de pobreza absoluta para cualquier ser humano. Mientras tanto, en el cielo... 
¿Qué están haciendo? murmuró un guardián del cielo y los ángeles miraban el mundo por medio de una esfera de cristal transparente. Ellos se sobresaltaron un poco y le contestaron al maestro: Estamos aquí sin permiso, sólo por la curiosidad de saber sobre una persona. Ustedes no están autorizados para hacer esto, por favor no lo vuelvan a repetir. 
En el cielo todos los que lo habitamos guardamos cierto orden con las misiones. 
Tú sabes que el orden es nuestro mayor tesoro y alterar trabajos celestiales nos haría entrar en cierto caos que no deseamos tener, No fue nuestra idea molestar, solo espiábamos, ya nos vamos. 
Es que el maestro Gastón está hablando con el alma de Camila, le está dando la receta para que logre un cometido y ella la está captando. No nos pareció adecuado que se cortara esa vibración tan bonita. Luego nos iremos, ahora déjanos disfrutar de esta conexión maravillosa que ha realizado el maestro. 
De pronto un coro de ángeles se reía a carcajadas entre chillidos y silbidos se hacían ecos en el cielo. 
Ellos estaban todos flotando en una nube grandota rosada. El ángel de Camila tenía el libro de su vida en la mano, y algo que estaban leyendo les había causado mucha gracia. 
¿De qué se ríen? preguntó el maestro Gastón.¡Eso no se hace! No se curiosea sin permiso. 
Los ángeles lo miraron riéndose de él. 
Mira quién habla dijo el ángel de Camila. 
Hoy es el día en que podemos hacer travesuras y ésta es una. 
Hoy es nuestro día, es 24 de octubre en la tierra, Y tú sabes que ese día todos los ángeles miramos el libro de la vida de nuestros consentidos. 
Como ángeles de la guarda tenemos ese privilegio y nadie se puede interponer entre nosotros este día. Ah... perdón, había olvidado este aniversario, felicidades angelitos. 
¿Podría yo saber de qué se trata el libro de tu consentida, Ángel?
¡Claro! Mira, te describiré un día de ella asi tienes el gusto de conocerla. 
Se levanta a las seis de la mañana, levanta a sus niñas, las manda a bañar, prepara el desayuno mientras deja organizado el almuerzo y la cena. A primeras horas de la media mañana mira los cuadernos para firmarlos y controlar si hay compras escolares que hacer. 
Llama a su madre y a su hermana para ver si necesitan algo, mientras desayuna y se termina de pintar los labios atiende el radio llamado de algún paciente. 
Mientras se pone los zapatos va cerrando su casa. Carga las mochilas de sus niñas en su viejo auto y se marchan rumbo a la escuela, después de haber dejado comida a sus queridas mascotas. Deja las niñas en la escuela con la vianda de comida que preparó el día antes a la una de la mañana, mientras esperaba su taya ropas terminara el programa. 
A esta altura de la mañana ya había tomado su tercera dosis de las flores de Bach. 
Entraría al hospital, haría recetas, controlaría enfermos y estaría comiendo algún yogurt para el mediodía. Luego, por la tarde estaría yendo a buscar a sus niñas para ayudarlas con la tarea, atendería el llamado de sus amigas, prepararía un trabajo para presentar en una conferencia que hacía años estaba queriendo dar. 
Y correría al gimnasio para realizar 45 minutos de actividad física. A esta altura ya estaba por la quinta toma  de flores de Bach. 
Tendría que haber ido a la peluquería pero ya habría cerrado. Llamaría a su tía para que la peinara. El padre de las niñas las pasaría a buscar el fin de semana, mientras de vez en cuando la criticaba diciéndole que ella no sabe ponerles límites a sus pequeñas. 
Entonces agregó el maestro, ¡¡¡ustedes se están riendo de ella!!! Es que nosotros no entendemos la liberación femenina. 
Ella dice que no le alcanza el día. Será que no sabe que tiene 24 horas. 
En el cielo hay cosas que no entendemos, pero de lo que me doy cuenta es de que cuanto más estudiamos a las personas más nos preocupan. Aunque Camila es genial, tiene una energía muy bonita y no se cansa nunca, tiene una resistencia increíble. 
Pongámonos a trabajar dijo un maestro muy pequeñito y luminoso. 
La ayudaremos con las ideas de su conferencia, Llamemos a sus musas inspiradoras para que la acompañen. 
Y en la tierra... Agustín dio vueltas y vueltas en la cama. Ni una sola idea coherente le dejaba cerrar los ojos. 
Miró el reloj una y otra vez. 
Cada cinco minutos lo miraba y las horas parecían detenerse por momentos. 
No podía olvidar todo lo que le había sucedido en estos últimos tiempos, y lo solo que se sentía.
Así que también pudo acordarse de la cara de Yanum, una cara muy especial y una bonita persona. Entre esos grandes y pequeños recuerdos se acordó de la hermosa mujer del aeropuerto, y pensó en cómo hubiera cambiado su historia si quizás se hubiera atrevido a pedirle su teléfono. 
Camila también estaba preocupada porque no podía encontrar sus papeles para la conferencia. 
Solía citar un dicho que le ayudaba a encontrar sus cosas: "Cuando María perdía sus cosas, ¿dónde las pondría?", y con eso siempre aparecía lo que buscaba. 
Mientras se preparaba un café se miró la palma de la mano y recordó la charla con el señor de la plaza. 
El hombre que le había pronosticado que pronto conocería al amor que le había anticipado. 
En la casa de Agustín estaba apenas entrando el sol por la ventana de la sala. 
Ya era la madrugada y Agustín seguía sin dormir. 
Éste era otro día más en el que se hacían presentes las responsabilidades cotidianas. 
Y Camila iría a supervisar los resultados de algunos pacientes. 
Era una mañana muy fría pero a pesar de eso el sol estaba radiante. Ella llegó al bar del hospital, encontró tirado en la silla en la que se disponía a sentarse, un papel que decía: "vete detrás de tus sueños". 
Y entonces ella se preguntó cuál era su sueño mayor y, como tenía muchos, pensó por cuál empezaría primero.
Y le pasaron por la cabeza imágenes de un viaje, de un trabajo, de nietos, y por qué no, de un buen amor. Y miró la hora y decidió llamar por teléfono a Damián; le inquietaba saber cómo se sentiría. 
Luego se fue a su casa, apresurando la salida del hospital. Pensó en que se iría de viaje unos días antes de que comenzaran sus conferencias. Agustín se levantó y se fue al aeropuerto. Estaba más animado que nunca, sabía que algo bueno estaba por suceder. Lo presintió de un modo muy concreto. Y asi fue, el viaje que le designaron estaba en India. 
Pensó que quizás podría ir a ver aquel templo tan especial que ansiaba conocer. Así que tomó su ropa de verano y pidió permiso para quedarse unos días en un Ashram. 
Mientras tanto, en el cielo... Ese maestro que cumple la función de ser el secretario privado de Dios, había llamado a una junta a la que sólo podían asistir guardianes y maestros ascendidos. El evento se haría en el castillo. Banderas de todas las religiones adornaban su frente. Las torres del castillo tienen estrellas titilantes. La música de Vivaldi era la preferida de quienes habitaban el castillo. 
Los jardines que custodiaban la entrada tenían la réplica de los jardines más hermosos del mundo.
Las torres más altas estaban adornadas con nubes plateadas y doradas. 
Nada era más increíble y bello que las reuniones del castillo. 
Una carroza estacionada en el costado derecho del castillo era la encargada de trasladar a los maestros ascendidos. Esa misma carroza había trasladado a ciertas figuras famosas de algunas religiones, cuyos cocheros las habían hecho llegar al cielo por algunas geometrías sagradas que el cielo forma en cada espacio del Universo. Ángeles regordetes flotaban por encima de la entrada principal alabando con sus cantos y sus trompetas. Las columnas del castillo tenían grabados en todas sus caras, los símbolos de cada cultura de la tierra. El paisaje del castillo mostraba algo de nieve en las aristas de las torres. Había días en los que el paisaje tenía alguna semejanza con Suiza. 
Todas las huestes celestiales decidieron salir al mismo tiempo para llegar en el momento indicado. Todos los maestros se vistieron de los más bellos colores. Al ser de luz más querido por los distintos ciclos le pidieron prestado su perfume de rosas Marianistas. 
Y luego de disfrutar de su aroma, salieron a cumplir con el gran encuentro. 
Las puertas del castillo comenzaron a abrirse mientras ángeles y tronos tocaban sus trompetas.
Todo anunciaba que ya era la hora del gran encuentro. El piso del castillo tenía colores dorados. El largo trayecto conducía al salón principal. 
El sillón sagrado era inmenso, brillante e imponente. El maestro brillaba como un sol y su energía impregnaba de amor al cielo. 
Todos los seres del cielo formaron fila para saludarlo y esperar su bendición. 
Él hizo una señal con su luz y comenzó la plática telepática, una charla bonita, amorosa y grandiosa. Sin embargo, a pesar de que habría dicho algunas palabras un poco duras, se notaba que la luz del maestro emanaba amor por dentro y por fuera. Yo, como enviado de Dios, todo lo sé. 
Sin embargo ésta es una revisión que tendrán que hacer ustedes. ¿ Qué esta pasando con ustedes ? ¿ Por qué no hay orden en el cielo? ¿Por qué abren los libros de las personan y luego no ¡os ponen en su lugar? ¿A quién se le ocurre dejar que nuestros maestros espíen sin permiso la vida de los humanos! Los ángeles viven de fiesta en fiesta, ellos se distraen fácilmente, se despistan junto a las personas, y aprovechan que los humanos no les exigen nada. 
Así que casi no tienen trabajo y se han hecho unos flojos Estuve observando todo y mi pregunta principal es: ¿por qué borraron la memoria celestial del alma de Francesco? Quisiera saber si serían capaces de decirme quiénes lo hicieron. 
Los maestros se miraron entre sí con los ojos del alma. 
Bien, sé su argumento pero aquí cuando mandamos espíritus sin señal del olvido, no se la borramos. Saben que más del 70% de la población terrestre tiene esa información. 
En el caso del espíritu de Francesco, ustedes se encargaron en cambiarlo creyendo que él estaba apegado a este lugar, pero no se trata de apegos sino de estrategias. 
El perdió su misión y está perdido en el mundo. De Rosario tengo entendido que se llama ahora Camila y que está en las mismas condiciones de confusión. Ella pasó por la ley y sin embargo está igual que Agustín. 
Vamos a hacer algo ahora mismo Los mismos maestros que le borraron su memoria ancestral harán todo lo que tengan que hacer para que Agustín la recupere. 
Es que no sabemos cómo se hace! dijo tímidamente el maestro del Tiempo. 
Cuando hay voluntad hay forma dijo el amoroso maestro y agregó -. 
Si lo deseas lo puedes hacer. 
Esta vez no los ayudaré. 
Y les dejo una misión: por favor no hagan más estas cosas. 
Saben que no los mandaré al infierno porque no doy castigo -dijo serio el maestro-. 
Pero si no cumplen los mandaré como seres humanos a la tierra y entonces serán libres y podrán hacer y deshacer a su gusto. 
No olviden que las personas escriben su vida en un papel borrador, hasta que pasan muchos años en sus vidas y entonces las experiencias le hacen pasar la vida en limpio. ¡Les ordeno que dejen de hacer travesuras! 
Estas personas necesitan un respiro. 
Ah, lo olvidaba, tengo para darles un listado para que forme parte de sus actividades. Maestro, por favor no se vaya, no nos deje así... Le juro que no sé cómo devolverle la memoria a Francesco, bueno, ahora se llama Agustín, el único que puede ayudarme eres tú. 
Tú tienes esa información de vidas pasadas. Eres el señor pestiño tienes fechas para encontrar misiones, patrones de conducta, signos y planetas. 
Sin toda esa información, ¿cómo crees que podremos hacerlo? La duda que tengo, maestro y amigo, es ésta: toda esa información es como un cuaderno de historia. Pero no tengo el modo de hacer algún cambio. 
Sabes que todos trabajamos en equipo, no podemos hacer nada solos. 
Tú entiendes ¿no?, que desordenar lleva menos tiempo que ordenar. Entonces se me ocurre una idea: por qué no consultamos los registros Akáshicos de Agustín. 
Si cada momento vivido está escrito., el modo en que él transitaría su vida junto a su alma también debe estarlo. Entonces también debe decir como recuperará su memoria.
Pensándolo bien, tienes razón, pero no olvides que no tenemos permitido entrar sin el permiso necesario. Solamente estamos involucrados los que le hemos borrado la ley del olvido. ¿Entonces qué haremos? No lo sé. 
Yo no pienso transgredir ninguna regla dijo el maestro. 
Pero el otro maestro no se resignaba a dejar las cosas así. Entonces se atrevió a decir; Ya sé. 
Si le perdimos a su ángel que lo mande a alguna terapia de regresiones de vidas pasadas, entonces él se enterará de todo.
Es una lindísima idea, pero tampoco es posible. Sabes que los ángeles no pueden mandar a las personas a ningún lugar si ellas no se lo piden, y además Agustín es incrédulo. 
Por más que algún terapeuta le haga revivir una historia pasada él seguirá dudando. 
No olvides que las personas dicen creer en todo, pero en cuanto les llega el momento de creer, no lo creen. Aunque acudamos a su carta astral no encontraremos ningún ritual para modificar esta elección. 
Entonces ¿qué haremos? De pronto el maestro de la Eficiencia apareció volando tirando estrellas doradas a todos lados y con muy buen tino ofreció su ayuda. 
Dijo que podría ser factible modificar esta situación si se recurría al libro de la vida de Agustín o Francesco, para el caso era el mismo libro.
Pero nos tendremos que arreglar solos, eso es lo que le escuché decir al maestro de la Noche. 
¡¡¡ Vengan!!! ¡¡¡Vengan!!! gritó un arcángel. Dejen lo de Agustín para más tarde. 
Ahora disfruten que se armó la fiesta en el cielo. El maestro del Destino nos dijo que tengamos la tarde libre y se armó la fiesta en todo el cielo, miren... Y los maestros se pararon sobre una nube rosada y le dio a ésta orden de que bajara hasta que llegaron a la ciudad de cristal, una ciudad que también se llama la ciudad del amor. 
Todo espíritu que llega en algún momento de su estadía en el cielo tiene la suerte de entrar ahí. A veces hay filas de espíritus esperando a que llegue su turno. Ellos no saben para qué fueron llamados a ese bendito lugar. La cuestión es que el lugar es hermoso, sus destellos rosados se mezclan con rayos verdes y amarillos.
Un aroma muy suave como a jazmines envuelve el lugar y las nubes parecen de peluche. 
Los espíritus merodean por las ventanas, apenas se pueden observar por ellas algunos cirios y candelabros. Niños de todas las edades y de todas las religiones van a colocarse en la fila. Ellos entran primero que todos, son los privilegiados de Dios. 
Cuentan siempre los maestros que cada niño que entra en el cielo fue anteriormente elegido por las vibraciones más altas y luminosas del cielo. Fueron extraídos y se los ha llamado a este plano por ser almas sabias y almas viejas. Estas son viejas por haber tenido muchas vidas anteriores. Claro que padres y demás familiares no confían en nosotros. 
Los padres muchas veces sólo reniegan de su suerte y se colocan en contra de nuestro y bien amado Dios. ~Y aunque en la tierra, este dolor no se comprenda, estos niños se necesitan más aquí que en la tierra, necesitamos más guardianes para cuidar el mundo. 
En tanto, en este lugar el otro día se escuchó este diálogo, comentó el maestro Destino al maestro de la Perfección: Oye, ¿de dónde eres? De la tierra, ¿y tú? - Yo también. 
Te preguntaba de qué continente eres. 
Y el niño en cuanto su voz espiritual iba a vibrar para contestar, fue interrumpido por un maestro que se acercó a la puerta del recinto. 
El maestro entró e hizo una señal sacándose de su cabeza su corona de corazones, 
¡Adelante, almitas de luz! Y todos los niños levantaron sus alitas y entraron contentos y radiantes, se sentaron en forma circular sobre una gran una nube naranja. 
Dejaron que el maestro se sentara en el centro de la ciudad del amor y le cedieron gustosamente la palabra vibratoria. 
Almas queridas, hoy los he mandado a llamar para darle a cada uno la misión que les toca realizar para los humanos. 
Algunas se repetirán, pero todas son importantes y trascendentes. 
Sólo necesito que me den sus fechas de nacimiento de la vida que acaban de dejar y el día en que partieron de su cuerpo. 
Y luego las misiones fueron repartidas. 
Ellas estaban escritas en papel de chocolate. Todas las almas del lugar recibieron una burbuja de esencias dulces de regalo. 
Otras recibieron esencias de sus comidas preferidas o de sus antojos más deseables. 
Pero una de esas almas se quedó quietecita, muda y pensativa, tenía rayos multicolores en su aura. 
Uno de los maestros espirituales lo sintió mal, quizás esté un poco aturdido pensó el maestro. Pero el niño, leyéndole la mente al maestro, le explicó:  y es esta burbuja de esencias, se parece a los chocolates que me compraba mi mamá a la salida de la escuela. 
La verdad ella por momentos me da lástima. Cree que la acompaño en sus quehaceres y por momentos se pregunta dónde estarán mis pensamientos, a dónde van mi sueños, qué se habrá hecho de mis recuerdos. 
Una y otra vez piensa esto, más de una vez su llanto apaga la luz de mi vela. 
El maestro, mientras escuchaba a su amiguito, preguntó:
¿Extrañas? La verdad, la verdad, no. 
Pero sé que mi madre sí lo hace. 
Y eso me parte el alma aunque sé que el alma sólo se parte para formar su alma gemela. 
¿Ya te le apareciste en sueños?
preguntó el maestro. No, todavía no lo he podido lograr. Es tanta su ansiedad por soñarme que cuando estoy por entrar en el centro de su cabeza su ansiedad se transforma en un viento fuerte que me jala hacia aquí. 
¡Ah, me lo imaginaba! Tú sabes que todas las almas parten con sus emociones, con sus pensamientos y recuerdos totalmente intactos. Tú sabes que sólo se deja el cuerpo. 
Pero el cuerpo es el cuerpo y el alma es el alma. -Pero, ¿cómo hacer con mi madre y su ansiedad? ¿Qué ansiedad? dijo el alma de luz riéndose .¡Tú sabes cómo hacerlo!, sigue intentando entrar en sus sueños en algún momento se calmará su ansiedad. 
Bien, ahora dime su nombre. 
Se lo grabaremos en esta cajita de cristal y te la llevarás a tu habitación. El maestro prendió algo así como una televisión tridimensional y le mostró la figura de su madre. ¿Es ella, es tu madre? Sí dijo el alma del niño sollozando de emoción. ¿Es bonita, verdad? ¿Claro que sí! 
Te mostraré algo. 
Mira, ésta es una vida anterior a la tuya. ¿Te reconoces?  Algunos rasgos se parecen a los de ahora. Mira, ¿es ella tu madre? Sí, nuevamente aparece, ¿no es así? Sí. ¡Pero está más joven! -Es que no es tu madre en esa vida, en esa vida es tu hermana. Mira, adelantaré la película. Aquí tienes cuando ella le abandonó y partió hacia el cielo. 
Se repite la historia pero al revés. 
¿Siempre es así? No siempre. 
Y el maestro le mostró la ultima fotografía que le habían sacado desde el ciclo a su madre. Toma. Te la regalo. 
Colócala donde quieras. 
La pegaré en el respaldo de mi nube rosada junto a mi muñeco preferido. 
¿ Tienes un muñeco en el cielo, cómo lo hiciste? Sólo entré a mi casa, tomé el juguete para ver qué se sentía. Al ser espíritu, y sin querer, se me pegó en el alma y aquí está. ¡Qué divertido! Entonces, ¿tienes el don de hacer desaparecer las cosas materiales? Pensaré alguna que otra misión para ti. 
No me mires así, maestro, me encuentro perdido. Recuerda que no estás perdido ni aún perdido. Mientras tanto, los maestros en el cielo estaban más desconcertados que nunca. 
A ver, piensa, haz algo dijo el maestro. 
Pero algo ya, cada día que perdemos es un ano de las personas. Y el maestro Destino se fue sólito a hamacarse entre las nubes. Pensó, imaginó y sintió qué hacer con la memoria de Agustín. Fue a ver al maestro de las Luces. El mismo que había colocado en el centro del arco iris al alma de Francesco. 
Pero el maestro de las Luces había vuelto a nacer y lo estaba reemplazando un maestro regordete y muy alegre. Cuando el maestro le contó lo sucedido éste se empezó a reír a tal punto que el aire que expulsaba al reírse movía las luces del faro del cielo haciendo un juego de colores con la luna muy llamativo. 
¿De qué te ríes? Ustedes están locos. 
Si a una alma no se la pasa por la ley del olvido en esa vida no se le puede alterar lo ya codificado. ¿No me ayudarás? 
No me atribuyas tus preocupaciones a mí. 
Yo no tengo la culpa de sus acciones. 
Sólo déjame darte un consejo: por qué no dejas en paz a tu querido Agustín. 
Si pasó por la ley será para algo. 
Y si a alguien se la borran, también es por algo. Por qué no dejas fluir estoy terminas. 
Es que son órdenes y las órdenes no las debemos evadir.
Ok. Y entonces, ¿qué harás? No lo sé. 
Pues bien yo me iré y cuando aparezca el maestro Técnico te avisaré. 
Si para tu regreso no has abandonado la idea. Hazme caso, déjalo en paz.
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Francesco decide volver a nacer- Capitulo 19


Capítulo diecinueve 
Las almas gemelas siempre se encuentran. 
Hay un plan trazado para reencontrarlas. 
La luz que generan cuando se funden es tan grande que hasta aquí llegan los resplandores. Comentario del ángel Cupido. 
Y estamos totalmente solos cuando necesitamos tomar decisiones, estamos totalmente solos cuando nacemos y solos andamos por la vida todo el tiempo, aunque muchas veces nos duela y no nos queramos dar cuenta y salgamos desesperadamente a buscar la otra mitad. 
Con estas palabras terminaba el discurso la profesora de yoga de Camila: 
Recuerden: nacemos solos y solos morimos. Arriba, muchachitos! Esta es la última respiración profunda. 
Y, ¡arriba!, acomoden las colchonetas y las espero la próxima clase. 
Todos aplaudieron y se fueron a sus casas cargando nuevamente las preocupaciones que habían dejado en la puerta pero esta vez sin tanta tensión. 
Camila entró al hospital como todos los días, otra vez los ascensores se encontraban descompuestos. 
La gente en las salas de espera esperaban pacientemente su turno. Pasó por la habitación en la que había estado internado Damián y vio a una niña con un respirador artificial y pensó en mandarle luz. 
Pensó que esa habitación también había sido milagrosa.
Esta chiquita tenia en su mesa los santos que ella pensaba la iban apoyar en su periodo de recuperación. Ella había ido a ver un recital cuando el lugar se incendió con una bengala. 
El lugar se llamaba Cromagnón y allí habían muerto más de doscientos adolescentes y niños. Ella era una víctima más. 
Me dedicaré a ayudarla pensó Camila, quizás sea mi misión. 
No me puedo quejar de la vida. 
Ya tuve un hogar, hijos hermosos, hago un trabajo que me fascina. Todo no se puede tener. El amor de pareja debe ser más difícil encontrarlo que sacarse la lotería. 
Mejor me dedico a mi trabajo y me olvido de pensar en otras cosas. 
Se dijo ella para sus adentros, mientras le apagaba la luz a la niña. 
Estaba llegando el fin de año, y esa fecha es triste para algunos, eufórica para otros, pero para los maestros espirituales esta época representa un cambio de calendario, algo que ni siquiera es real. 
Vamos dijeron los maestros, miremos cómo se divierten en la tierra con los fuegos artificiales. Es hermoso ver a la tierra encendida, de todos colores. Por qué será que todos los años festejan agradeciéndole al año que se va, recibiendo al próximo año que después despiden feliz diciendo ¡qué suerte que se ha ido! 
Son muy complicados, pero a la vez tienen una magia maravillosa, ¡¡¡son perfectos!!! Sí, y también incongruentes. 
Y Agustín se despertó en su año nuevo. 
Llamó a su familia, pero ese día él tenía que trabajar. Lo esperaba un vuelo a Miami.
Era divertido festejar el primero de año en vuelo. Los tripulantes estaban siempre con otra actitud. Nada malo podría pasar este año, se dijo. Fue lo que sintió, pero sin embargo le daba miedo pensar en el futuro. 
Ya en vuelo brindó con las copas de plástico, y pidió los tres deseos que más anhelaba: paz, amor y saber cuál era su misión. Miró al cielo por la cabina y dijo mentalmente al mismo planeta: 
Dios desde aquí me escuchas mejor... dame una señal en algún momento... espero que no falte mucho para que me concedas tener a mi lado al amor de mi vida. 
No me regañes porque muchas veces no interpreté tus señales. 
Quiero estar más presente este año, ser un hombre con fe y disfrutar cada día de la vida. Prometo no dormir tanto, levantarme más temprano, llevar a pasear a mis hijos sin tener que sentirme cansado y reírme más. 
Sí, eso quiero, empezar a reírme más. 
Mientras tanto, en el cielo un alma que lo estaba mirando puso carita de lástima y dijo: 
Oh, ¿qué le pasa a ese muchachito del avión? ¡¡Desde aquí su campo áulico tiene un color gris!! ¿ Y esa cruz que tiene en medio de las cejas qué es? se preguntaba el maestro para sus adentros. Un ángel querubín que lo estaba escuchando le advirtió que ese muchacho era uno de los consentidos de ellos. 
Pero, Ángelus, cómo puede ser que sea consentido si está sufriendo. 
Entonces mejor no miro a los que no consienten, me irán a asustar. 
No bromees, ya sabes que todos son nuestros consentidos, pero éste es nuestro espíritu mimado traduciéndotelo a tu idioma. 
Te diré que es uno de nuestros experimentos. La señal que lleva entre sus cejas es una cicatriz en su campo etérico. 
Cuando nació no lo pasamos por la ley del olvido y como no nos resultó práctico para la vida que él estuviera con tantas experiencias, un grupo de maestros se lo borró, se lo sellaron con hilos de oro y plata de las estrellas de Capricornio. 
Su campo áurico está gris porque así se pone la energía de la gente cuando está por enamorarse o por encontrar su misión. 
Ahora hay una gran parte del destino de Agustín que está en sus manos.
Mira, maestro, eso sí que no te lo creo. 
La mayoría de los destinos ya están escritos. Vienen las historias relatadas de otras vidas. 
No creo en eso de que el destino lo hacen las personas. El destino está escrito, antes de que nazcan sus vidas anteriores lo dicen. 
Si sabes que ellos eligen aquí no allí. 
Y claro, el maestro decidió callarse. 
El ángel querubín algo de razón tenía. 
Y entonces, en el planeta tierra. . . 
Yanum caminaba por la calle de la plaza mientras comía un helado y hablaba solo. Agustín estaba llevando a la niña a su casa cuando vio a Yanun. 
Y el hindú caminaba distraído, mientras le daba de comer a las palomas algunos pedacitos de pan. 
Agustín se puso muy contento de verlo y se acercó a saludarlo. 
El se alegró muchísimo al verlo y le dio un abrazo y unas palmaditas en la espalda. 
Hola, amigo dijo Agustín. 
Te presento a mi hijita. ¡Qué bonita que eres! dijo Yanum. ¿ Qué haces por aquí? preguntó Agustín. 
Estuve buscando algún que otro trabajo y sólo hice algunas tareas, a mis primos no los encontré. Regresaré a mi país. 
Ya hice mi trabajo aquí. Cumplí con lo que debía hacer, no me queda nada pendiente. 
¿Pero tú no dices que tu trabajo aquí fue insignificante? 
El trabajo material que realicé aquí si fué sin importancia, pero el espiritual fue maravilloso. ¿ Tú has hecho un trabajo espiritual? ¿Cómo es eso? Bueno, es algo muy íntimo, quizás más adelante te lo contaré. 
Seguramente en algún vuelo que hagas irás a India. Si bajas en Bomhay me podrás visitar. No es muy bonito pero si lo miras con el corazón encontrarás belleza en todos los lugares que recorras. 
Agustín sacó del bolsillo el talismán del amor que una vez Yanum le había regalado y que ahora él le estaba devolviendo. 
¿Qué haces, estás loco? ¿O acaso te has enamorado? No, todavía no dijo riéndose Agustín. Entonces espera un poco, y ya verás. Dame tu mano izquierda. 
Tienes unas líneas muy especiales, no se puede ver bien la de la vida, pareciera que está como borrada, pero sin duda debe estar o no estarías aquí hablando conmigo. 
A lo mejor soy un fantasma, No digas eso, sabes que no lo eres, ¡Mira!, tienes la estrella de David marcada en la palma. 
Eso indica que tienes una misión especial para las demás personas, una misión poderosa. 
¿ Y cómo podré saber cuál es? 
A ver, déjame tornar tu mano más de cerca para poder ver mejor. 
Tienes una misión que pronto estará rebelándose. 
Sólo tienes que seguir las señales. ¿ Qué señales? preguntó Agustín. 
Las que se te presenten. Todo lo que vivas en estos últimos tiempos son señales. 
Léelas, este impulso que sientes por conocer un gran amor, es otra señal. 
Tienes un alma gemela que te hará sentir inmensamente feliz, pero cuando la encuentres por favor no te fundas en ella. 
Las personas pierden el camino cuando se meten en el camino del otro. 
Cada persona es una naranja entera, no una media naranja. Hasta tu alma gemela tendrá que ser independiente de tu vida. 
Cada cual tiene que respetar los gustos y los valores del otro. 
Nada de enamorarse caprichosamente, al amor lo tienes que dejar ser como es. 
Nada de querer cambiar a nadie. 
Nadie cambia totalmente de raíz, los árboles son todos iguales, pero no puedes comparar la madera del árbol de roble con la de pino. 
Te soltaré la mano para que arranques el auto - dijo Yanum. ¿Tú eres vidente? ¿Quién te enseñó a leer las manos? le preguntó intrigadísimo Agustín. 
Me enseñó mi abuela. 
Todavía vive, tiene 97 años y sigue leyendo las manos y ¿sin anteojos! 
Mi abuela vive muy humildemente en India, precisamente en Bombay. 
Ella dice ser muy feliz, todo lo que soy y sé se lo debo a ella. 
Me enseñó algunos idiomas, conceptos básicos de religiones, historia y sobre todo a amar la vida. 
Me comunico con Dios todas las noches y él me contesta. Hablo con mi ángel y él me contesta. Hablo con mis maestros y ellos me contestan y entonces... Agustín abrió la puerta de su auto y preguntó: ¿Y qué más dice mi mano? ¿No dice que soy un idiota por inventarme historias? Quizás te las inventaste pero seguramente éstas sirvieron para sentirte bien. 
No te arrepientas nunca de lo que sientes cuando sientes. 
Ahora, amigo, te hará efecto el talismán dijo Yanum un poco en serio, un poco en broma. Agustín recordó que tenia el talismán en el bolsillo de su abrigo, así que lo sacó y se lo colgó del cuello. ¡Te queda bonito!, ¿te diste cuenta de que su diseño es muv raro? 
No estoy acostumbrado a colgarme nada, pero si es para encontrar el amor me colgaría un edificio entero. 
No seas exagerado, Agustín, ya sabes no es cuestión del talismán. El amor siempre aparece cuando estás atento. 
Pero mejor ahora que estés atento al tráfico porque te has metido en sentido contrario.¡En sentido contrario! 
No me he dado cuenta. 
A veces nos metemos en sentido contrario en la vida y no nos damos cuenta hasta que alguien nos viene y nos choca. 
Y los dos soltaron una carcajada que duró unos cuantos minutos. 
Mientras tanto, en el cielo los maestros miraban a Agustín muy preocupados de cómo perdía tiempo en su vida. 
Da vueltas y está siempre en el mismo lugar dijo el maestro del Tiempo, ¡Déjenme opinar a mí! 
Muchas veces las personas se detienen en su camino, otras pueden dar un paso atrás pero a veces detenerse también es avanzar y eso es lo que está haciendo nuestro amigo Agustín. 
Por favor déjenlo en paz. ¿Qué es lo que los tiene a ustedes tan inconformes con él? 
Y los maestros callaron y uno de ellos tiró un manojo de estrellas de Jerusalén para regalarle a Agustín, esto le daría alegría a su corazón.
Yohana Garcia.

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lunes, 25 de julio de 2016

MAESTRIA EN FELICIDAD (Chamalu) carta-13



CAPITULO-13
Me pregunto si la gente se da cuenta que no está viviendo. ¿Sabrán que la vida es otra cosa? ¿Comprenderán que el tiempo pasa para no volver y que cada día es el último? ¿Se darán cuenta de su responsabilidad de cuidar un cuerpo que funciona maravillosamente bien a condición de proveerle todo lo que necesita? Es lunes, desearía que el día constara de más horas. 
No estoy seguro si me gustan o disgustan los domingos, presiento que ese día fue inventado para que se desahoguen los que hacen lo que no aman. Miro una fotografía, recuerdo una noche memorable; mis secretos eran rigurosamente guardados a manera de valiosas joyas, ahora decidí compartirlas, y estas cartas son una señal del cumplimiento de esa decisión. 
Mi madre, a sus 81 años, se pelea con su cuerpo, que a veces no le obedece. Mi padre considera su misión cumplida, convoca a la muerte, que parece no escucharle. Ella tiene dieciocho años, abundante silencio y un fervor de crecimiento a galope, la observo recostada a mi lado, su silencio me dice tantas cosas. 
El hombre que arregla el jardín habita una casa sin ventanas, su mujer parece vivir de espaldas a la vida, sus hijos cultivan infelicidades, teñidas con sintética recreación. 
Ahora tengo nuevos vecinos, uno de ellos funciona a leña, el otro, mira a cada rato el reloj, me pregunto: ¿hace cuánto tiempo el amor está ausente de sus vidas? Me pregunto qué es la vida. 
Un día besé a la vida en la boca; la vida es permanente fugacidad, es vasija de epidermis y estallido de gemidos, es un vendaval de intenciones y el sostenido instante que se renueva constantemente; es la burbuja que un día estalla, el volcán de caricias en las manos liberadas, es un ramo de luz y una felicidad redescubierta como la condición natural de existencia, es la cúpula transparente del presente, invitándonos a disolvernos en el silencio que purifica, para habitar la zona sagrada donde se guardan sus claves.
La vida es un círculo que comienza con la primavera, energía en ascenso. Hoy no me referiré a otras épocas, no niego la enredadera multidimensional que nos conecta con otras vidas, sin embargo, solo quiero aludir al gran ciclo vital, esa arquitectura existencial que comienza con la concepción y se desgrana en flores que aluden a la primavera, energía en ascenso; ha comenzado la vida, el árbol nos habla desde la flor, la mariposa desde el color, la brisa cambia su temperamento y se convierte en ráfaga, el clima es templado, la vida ha comenzado. 
La primavera es la niñez y la adolescencia, es juego y poesía, inocencia y energía en ascenso, es fiesta de crecimiento, momento ideal para sembrar en el corazón las semillas de la evolución, las claves de los principios y valores, cimientos de una vida superior. La primavera de la vida también es el aula natural donde aprendemos los misterios de un viaje sagrado; a preparar el equipaje, acumulando cantidades de flexibilidad y paciencia, de humor y creatividad, de alerta sereno y voluntad pétrea, porque la vida no otorga ninguna garantía a quienes no tuvieron la precaución de despertarse. 
La primavera es la etapa mágica de la vida, donde cada uno tiene el deber de sembrar semillas de luz que den frutos de conocimiento mañana. El verano es la juventud madurando gradualmente, es la plenitud energética y el momento de la cosecha de lo sembrado en primavera, es tiempo de grandes decisiones y acciones plenas, es la estación donde se detiene la vida en su máxima intensidad por un tiempo, solo por un tiempo, porque el flujo de la vida es indetenible. El verano es también el escenario fundamental de aprendizajes profundos y solidaridades galopantes; es el momento ideal para inaugurar nuevas etapas, comprometerse con emprendimientos existenciales que repercutan en lo interno y externo, es el tiempo-espacio para profundizar en el autoconocimiento y especializarse en lo que amas, es el tiempo ideal para construir redes de afecto y confianza, para establecer alianzas estratégicas que sobrevivan a la fugacidad de las circunstancias, es tiempo de conocerse profundamente y remodelarse en maratones de introspección, trabajo interior que te permita ser cada vez más tú, auténticamente tú. 
Es tiempo también para darse cuenta que todo cambia, que el verano que disfrutas también concluirá, dando paso al otoño de tu vida. La plenitud energética del verano, que le dará paso inevitablemente a la fase menguante del otoño, es la etapa adulta, cuando la energía comienza a decrecer, a disminuir las facultades corporales. Los tiempos en los que se derrochaba la energía han pasado, el mundo ahora se mueve a otro ritmo, la hoguera del verano devino en brasas, aún calientes pero solo brasas; arde la nostalgia, el relámpago no era perpetuo, se presiente el crepúsculo, el rocío de la primavera luce lejano, así como el esplendor del verano; el otoño marca un tiempo que se marcha, tiempo de cosecha abundante, si la siembra fue adecuada, tiempo también de recibir los efectos colaterales de inadecuadas elecciones. El invierno marca el amanecer de la noche, la inminente proximidad del cierre de un círculo que se inició con el polen primaveral, pasó por la flor del verano, el fruto del otoño, dejando paso a la semilla del invierno, el retornar a la tierra, la llegada al luto, a las raíces, al polvo desorganizado que fuimos un día, racimos de átomos presintiendo cambios cualitativos. 
El invierno es la vejez donde nos preparamos para la partida, tiempo de autoevaluación, de mirar lo aprendido, de devolver lo recibido, de recoger las huellas y ensayar despedidas, hasta que la voz, en decreciente palidez, se marche con el latido definitivo, dando paso a una interminable aglomeración de silencio. 
Quien aprende a vivir oportunamente cada una de las estaciones de la vida, con el fervor y la plenitud de quien se sabe vivo, estará preparado para habitar cada tiempo dignamente, entonces, la muerte, cita inevitable, será solo el amanecer de otro día y la vida un sendero de felicidad ininterrumpida. Vivir es un arte sagrado, compuesto de cuatro grandes aprendizajes, el primero de ellos es la felicidad, esa que no requiere ningún requisito externo, solo la valiente elección, pase lo que pase y pese a quien pese. 
La felicidad, como estado de plenitud continua, solo se alcanza aprendiendo a vivir, es decir que el de aprender a ser feliz es el aprendizaje más importante que debemos abordar. Desde la felicidad, reconstruida como nuestra condición natural de existencia, nos habilitamos para vibrar en la frecuencia más elevada, en esa energía en la cual los milagros son posibles. 
Me refiero al amor, a esa poderosa vibración que sana y armoniza, que se traduce en presencia plena y en acción sanadora. 
Amamos, hipnotizados por la felicidad. 
La felicidad es el pasaporte al amor, que a su vez dejará en libertad a tu libertad, esa que incluye responsabilidad y lucidez, esa libertad que se convertirá en el escenario óptimo para posibilitar autenticidades y coherencias, contextos poderosos que nos hablan de crecientes ascensos energéticos, reservados para quienes se iniciaron a la vida plena. La trilogía felicidad, amor y libertad, en rigurosa secuencia, te dotará del mejor equipaje para viajar por el camino de la vida: la paz, esa mochila transparente que transporta la magia del alerta sereno, esa actitud profunda desde la cual sabes que a cada momento te juegas la vida, disfrutando de cada circunstancia vivida, sintiendo que estás abierto a la vida y sus imprevistos, dispuesto a todo, incluso a convertir un entorno infernal en un paraíso, aprendiendo a vivir con un lúcido equilibrio entre lo racional y la locura. 
Estar en paz con la vida es fundamental. 
La clave es la entrega, al punto de convertirte en lo que haces y apasionarte desapegadamente. ¿Sabías que amar es transformar lo inferior en superior? ¿Que la felicidad no existe de antemano, que es preciso fabricarla y que al existir se convierte en la puerta al paraíso? ¿Que la libertad auténtica puede hacer de todo, porque la garantía es el amor? ¿Que la paz es riqueza intangible que cambia el color de la piel de la actitud con la que vamos por la vida? ¿Que todos ellos juntos, presentes en una misma vida, significan que aprendiste a vivir, lo que a su vez incluye el efecto colateral de la salud integral, requisito para continuar navegando en el océano de la vida? Y cuando la gente te lance piedras por incomprensión o envidia, lanza en represalia amor y contagia felicidad y da ejemplo de libertad y transporta paz y enseña a vivir con salud. Eso es aprender a vivir y estas son las cinco columnas sobre las que se organiza una vida inteligente. 
Siempre habrá cerca alguien dispuesto a confundirte, sin embargo, ya estás advertido; avanza con cautela, pero indetenible, inventa constantemente nuevas alegrías, archiva por orden de importancia buenos recuerdos, baraja con decisión las cartas de la sorpresa; precisas estar preparado solamente para todo, el resto, confiar en ti y continuar preparándote en coherencia con tus principios y objetivos. 
La frontera entre la gente despierta y los que duermen el sueño del autoengaño es tenue, algunos amoblaron tan confortablemente su prisión, que se acostumbraron a ella y renunciaron a búsquedas y crecimiento, a plenitudes y éxtasis. 
Es más fácil vivir dormido, no requiere disciplina, ni siquiera voluntad, menos conciencia, así la estupidez actúa como anestesia y perder la vida se torna normal. Sin embargo, nuestro camino es otro, incluye cultivar la parcela de universo que somos y desatar todo el potencial que traemos. Si eres de los nuestros, los cinco pilares y las cuatro estaciones serán herramientas fundamentales. Te propongo reunirnos en la próxima carta, para hablar de los principios fundamentales que gobernaron la vida, en tiempos en los cuales la sabiduría se paseaba por las calles y la sensibilidad aún no había sido exiliada de las vidas. 
Hasta la próxima.
Chamalú
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/

LIBRO MAESTRIA EN FELICIDAD (Chamalu) Carta-12



CARTA-12
Sonó el teléfono, puse el altavoz, era ella, su voz se notaba tensa, mis sentimientos se apretujaban en alguna parte desconocida. Concluida la conversación, me quedé pensativo. 
La hamaca que recibe mi cuerpo se mueve sigilosamente. 
Mi hija me sonríe desde una fotografía cercana; ella estudió una carrera universitaria que luego constató que no era de su agrado; tantos jóvenes realizan este mismo ritual que sacrifica la mejor etapa de su vida, luchando en el lugar equivocado. 
Es medio día, bajo el teléfono al suelo, ahora son los pensamientos los que se apiñan en mi mente, la gente desaparece en la vida, pienso, los días pasan como soldados condenados a lanzarse al abismo, el tiempo se fuga como agua de las manos, el vacío se instala, el sinsentido se pasea impunemente, la mayoría se reúne los domingos para comer juntos e intercambiar mentiras al interior de un show de apariencias donde cada uno acude rigurosamente vestido de lo que no es. 
Las conversaciones telefónicas nos envían información irrelevante, casi nadie habla de temas profundos, da la impresión de que existe un pacto de frivolidad, rigurosamente respetado. 
Se trabaja en lo que desagrada, después de haber estudiado lo que no nos gusta. La compensación económica que implica ese grotesco ritual de sinsentido permitirá comprar lo que no se necesita. Así funciona la vida llamada civilizada, los salvajes son los otros, los que no tienen misiles, los que no conocen los protocolos sociales y carecen de títulos académicos. 
Se trata de gente ignorante, que vive de la tierra, casi no saben leer, solo saben estar felices sin motivo. Antiguamente confiaba mucho más en el ser humano, pero ahora mi confianza está depositada en lo fundamental, en el mundo mineral, porque no he sabido de ninguna piedra que me difame; con el mundo vegetal no tengo discrepancias y el mundo animal se muestra confiable desde todo punto de vista. 
Sin duda, la felicidad humaniza, es decir, sin felicidad el humano se pierde en el baile de apariencias donde nadie se atreve a disfrazarse de sí mismo. La felicidad es posible, pero está reservada para quienes se despertaron. 
El látigo del sufrimiento es la cosecha de quien permanece dormido. La felicidad otorga el nivel adecuado a la energía para que el amor sea posible, entonces, cuando ello ocurre, la vida deviene en sagrado viaje multidimensional que incluye el crecimiento y la comprensión de la misión. 
El primer paso es darte tiempo para ti; el segundo, sentir la necesidad de crecimiento, de ir más allá de los límites impuestos por la sociedad, que intenta reducir la vida al trabajo, después de habernos entrenado técnicamente por casi dos décadas. 
El tercer paso será la duda y, más adelante, la pregunta que inaugure la búsqueda de sentido a la vida. 
La meditación será un escenario fundamental para recordar lo que fuimos, lo que somos, lo que vinimos a realizar. 
La evolución será consecuencia del cumplimiento de la misión, y esta, a su vez, incluye lo interno y externo, atención de las necesidades personales, y solidaria contribución a los demás. 
La misión y su comprensión requieren de la recuperación de la sensibilidad. La intuición se traducirá luego en intención y esta en acción y pasión. 
La misión, a diferencia de la profesión, reúne lo interno y lo externo, uno mismo y los demás, y tiene como principal síntoma la evolución de la conciencia. 
La misión se descubre en meditación o ritual, en sueños o en intuición y se diferencia de la profesión en que esta última tiene como objetivo el salario, mientras que la misión solo busca el crecimiento personal, articulado a la atención de las necesidades de los demás. La misión incluye la profesión y esta tiene el deber de compatibilizarse con ella. 
La misión marca el Norte, la dirección, el objetivo trascendental. La secuencia que te propongo comprender y encarnar es: intuición-intención-decisión-pasión-acciónmisión-evolución. 
La intuición, en un contexto meditativo, te posibilitará recuperar tu sensibilidad; al interior de ello, se reactivará tu capacidad intuitiva, que será complementada con la comprensión de lo que precisas, que se convierte en un enfoque energético, un direccionamiento de tu energía, traducida en una intención que marca un norte, una dirección hacia donde avanzar, vestida de la respectiva emoción, es decir de la imprescindible pasión, que en nuestro caso incluye el desapego, lo cual posibilita el accionamiento de la voluntad, es decir, el paso a la práctica mediante la acción, que no es más que una parte de la misión, la cual, convertida en estilo de vida, será la encarnación de la anhelada evolución. Podría decirte de otra manera. Se trata de encontrarse, porque la búsqueda que no termina nunca se convierte en un autoengaño que impide profundizar. 
Encontrar incluye un compromiso de profundización, es un sumergirse en uno mismo con el propósito de conocerse y de esta manera despertarse, posibilitándose el crecimiento que da sentido a la vida y la recuperación de la sensibilidad, que posibilitará la comprensión de la misión que traes a la Tierra. 
No es fácil, no es difícil, simplemente es necesario, para evitar desperdiciar esta única encarnación con estas características. Solo el cumplimiento de la misión posibilita la evolución, que es el propósito fundamental de esta visita al planeta Tierra. 
La misión incluye la evolución y esta otorga el sentido a una vida que sin evolución se convierte en intrascendente existencia. Esto equivale a vivir dormido. Esta somnolencia vivencial requiere a su vez, para perpetuarse, de drogas y alcohol, de adicciones y depresiones, en un contexto de infelicidad creciente, cuidadosamente disimulada con los protocolos sociales y esa buena educación destinada a aparentar lo que no se es y mostrar lo que no se tiene. Que nadie te ponga objetivos; ellos deben estar al servicio de tu misión y solo tú, una vez despierto, podrás saber con nitidez cuál es el supremo propósito de tu paso por la vida. 
Es importante que permanezcas atento, porque en este tiempo la vida se ha convertido en sinónimo de ganar dinero. Esto resulta inaceptable, porque hace olvidar a la gente la misión que traen y la urgencia de alcanzar la comprensión de ella. 
Hemos llegado al punto en que casi todos solo buscan una profesión o dos y no la misión que dará sentido a su vida. 
Es importante que desde ahora comprendas la importancia de no separar el trabajo del descanso, lo interno de lo externo, lo espiritual de lo mundano, lo sagrado de lo cotidiano, la profesión de la misión, entonces comprenderás que la calidad de la vida no depende de cuánto dinero ganes, sino del cumplimiento de la misión que traes. No gastes tu vida en cosas insignificantes, primero lo primero. Busca tu misión y, al encontrarla, ponle pasión y conviértela en tu estilo de vida, es decir, sé fiel a ti, esto incluye el cumplimiento de tu misión, que a su vez te dará la libertad de hacer todo lo que ames, en coherencia con la evolución encarnada. De esta manera, llegarás al punto de comprender y encarnar el vivir como una ceremonia enfocada al supremo propósito de evolucionar tu conciencia. No aceptes vivir desconectado de tu corazón, porque ahí se encuentran las claves para cumplir tu misión. 
Mejora constantemente la calidad de tus experiencias, encuentra tu ritmo ideal de vida, que no tiene por qué ser siempre igual: escucha tu intuición, ella, si permaneces alerta y sereno, te hablará constantemente de tu misión. ¿Sabías que en el fondo el camino a la felicidad es el cumplimiento de tu misión? No hay otro deber supremo que el cumplimiento de tu misión. 
Recuerda esto, es difícil, en muchos casos imposible ser feliz cuando se desconoce la misión, es decir, la vida comienza identificando tu misión e identificándote con tu misión. ¿Sabías que la felicidad es para quien completó la comprensión de su misión y disfruta cotidianamente de realizarla? 
Porque el propósito de la vida no es más que la antesala de la misión. Se vive para ser feliz, entonces se comprende la misión, que garantiza la evolución, posibilitando, además, que un día, ese día final, podamos decir, llenos de suprema satisfacción: misión cumplida. Observa lo que pasa con una vida enfocada en el cumplimiento de la misión. Date cuenta cómo brillan sus instantes mientras pasan cargados de felicidad. 
Observa cómo se desliza el tiempo, pleno y profundo. 
Mira cómo el amor desciende sigilosamente y desarrolla su danza hasta convertirse en libertad. Contempla el terreno del presente, luce transparente, si lo disfrutas y creces, hasta el tiempo parecerá no gastarse. 
Cumplir la misión es encarnar la eternidad, es recibir como suprema herencia la plenitud, es encender la evolución y disfrutar el crecimiento mientras saboreas racimos de instantes de aprendizaje, en una vida convertida en escuela iniciática. Cumplir la misión es entregar tu vida a la plenitud, para evitar el naufragio de tu alma. Recuérdalo. 
A continuación quiero escribirte sobre la secuencia de cinco pilares sobre los que se construye una vida plena, además de compartir contigo acerca de los ritmos de la vida, en la secuencia solar de la que formamos parte. Hasta pronto.
Chamalú
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/

MAESTRIA EN FELICIDAD (Chamalu) carta-11



CARTA-11
Ayer celebraron el nacimiento de un sobrino. 
El vecino continúa sus diálogos mortuorios con el cáncer diagnosticado. El médico informa de un amotinamiento celular. Los parientes, por turnos, le visitan para expresarle lo que nunca le dijeron. Lleva enfermo el tiempo necesario como para que el resto de la familia reflexione sobre los contagiosos hábitos familiares. Nadie parece haberse dado cuenta. 
Yo pedí se me exima de reuniones familiares, que por lo general son maratones de hipocresía donde se le da a cada uno la oportunidad de mentir honestamente. 
La lluvia ha comenzado al inicio de esta carta, esta vez se trajo al viento para trasladar objetos livianos a cualquier parte. 
El camino del vecino enfermo estaba alfombrado de tristeza; había vivido toda su vida preparándose para vivir, hasta que un diagnóstico a quemarropa le rompió la burbuja de autoengaño en que vivía. En mi caso, te confieso que pasé la mayor parte de mi tiempo formándome. Fue un viaje largo, porque buscar sabiduría no es ir a un sitio de comida rápida; implica renunciar a esa bulliciosa vida social por la que tanta gente renuncia a ser ella misma. 
El mundo del protocolo social exige que cada uno aparente lo que no es, compre lo que no necesita y exprese lo que no siente. 
Mi camino era otro. Ese día, compré un pasaje sin retorno a la vida, a ese país que tiene como capital la plenitud, y me lancé sin más garantía que la inseguridad galopante que presentía a mi lado. Mi casa era pequeña, mi vida en principio también; mis sueños no cabían en casa, de modo que tuve que marcharme. 
Al principio solo miraba por la ventana. Con los años, ya entrada la adolescencia, montando mi bicicleta llegaba hasta el aeropuerto, involucrándome en despedidas nostálgicas y en bienvenidas desbordantes de alegría. «Un día podré tomar un avión», me dije a mí mismo, desde entonces viajé muchas veces en clase imaginaria, donde volar es gratis.
La vida es una aventura, lo sospeché desde antes, sobre todo por la noche, cuando te dejan en paz y puedes volar en cualquier dirección. Crecí sin ver televisión, un privilegio escaso en tiempos de dictadura de la imagen. Entonces, la imagen la ponía yo, fertilizando de esa manera mi creatividad. Te confieso también que me encantaba leer las biografías de grandes hombres y mujeres que legaron un precioso ejemplo a la humanidad. 
Mi lectura era más que activa, me involucraba tanto con el personaje de la biografía, que llegaba a sentir lo que sentía, y por unas horas o días, actuaba como actuaría él, hasta que la próxima biografía desplazara a la anterior. 
La vida no era gris como me contaron, ni tenía el perfil pálido, versión pesimista; no incluía tantos riesgos como me dijo el miedoso ni triunfar era imposible, según el que había fracasado. Tampoco era un valle de lágrimas, como insistía el infeliz, instándome a renunciar a la felicidad por imposible. 
La vida, comencé a descubrir, tenía zonas oscuras, pero decoradas por majestuosas estrellas; incluía lágrimas que podían coexistir con la felicidad, fe vidente que añadía duda periódica, como control de calidad vivencial. La vida, comencé a descubrir, no es como la gente cree, sin embargo, comprendí oportunamente que había que aprender a vivirla. Entonces, dejé de inventar heridas, renuncié a tener antologías actualizadas de errores, puse de pie mi alma y tuve el valor de patear mis mejores temores, realizando una reingeniería existencial que encendió mi fuego, y el resto consistió en abandonar para siempre el papel de víctima, tomar las riendas de mi vida en mis manos y disfrutar de cada instante vivido. Entonces fui iniciado a la vida, donde es posible graduarse de emprendedor existencial. 
Mi primera lección, que ahora quiero compartir contigo, es no temer a la derrota ni obsesionarse con el triunfo. 
El éxito no es medible en términos cuantitativos, porque pertenece al territorio de lo cualitativo, por ello, no intentes medir tu éxito existencial con una cuenta bancaria. ¿Sabías que quienes más se suicidan son las personas adineradas? Ellos constataron que el dinero no genera felicidad ni amor ni paz ni libertad ni salud, y con la esperanza marchita, abreviaron su existencia sin darse cuenta que el suicidio es inviable para el espíritu. 
Un buen comienzo es la disidencia, esa rebeldía lúcida que te convierte en la oveja negra del rebaño, que te arma del valor de ser tú mismo, para que, dotado de la mente abierta, te atrevas a explorar la vida y sus mágicas consecuencias. Descarta de tu vocabulario la palabra imposible, explora otros estilos de vida, constrúyete un perfil proactivo, la vida es breve y disfrutarla al máximo es deber existencial de toda persona que se respete. 
El activismo existencial al que aludimos incluye todo lo bueno, todo lo que te enseña y dinamiza tu crecimiento. Incluye también el especializarse en vivir el presente, aceptando los riesgos de una vida que no tiene más garantía que la evolución de la conciencia. Te confieso que nunca fui tan feliz como cuando estuve al borde del abismo, cuando las endorfinas se encontraban en el mismo circuito con la adrenalina y realizaban una mezcla alquímica precisa y preciosa, generando felicidades inéditas, solo aptas para quienes aman la vida con todas sus consecuencias. Es probable que al aprender a vivir desde la plenitud te tropieces y caigas, que esto ocurra varias veces, entonces tendrás que aprender a caer y a volverte especialista en caídas y otros errores, que en manos de un alquimista pueden ser pasos al éxito. Si te equivocas, aprende del error y sigue adelante. Jamás aceptes que alguien te desmotive, preserva tu fuerza, tu alerta sereno, date cuenta de las cosas antes de que ellas ocurran. 
Cuando estés feliz y en tu centro, todo fluirá maravillosamente bien. Conéctate con tu mundo interior, que algunos llaman inconsciente; visita ese territorio usando el pasaporte del silencio meditativo y evitando ser prisionero de tu razón; elige hacer lo que te hace crecer y aquello que te da placer, en coherencia con tus principios y los objetivos que tienes en tu vida. 
Sueña tu futuro, de esa manera lo irás construyendo. 
Sueña en grande, deja los sueños pequeños para la gente que carece de emprendimiento existencial, para los que no se conocen ni confían en sí mismos. 
Confía en que tú puedes ayudar a cambiar el mundo y comprométete de verdad en iniciativas solidarias, en especial en aquellas generadoras de conciencia y pensamiento crítico. ¿Sabías que la felicidad nos hace más eficientes, más atrevidos, más emprendedores? Me encanta la gente emprendedora, aquellas mujeres y hombres que se lanzan, conscientes de las consecuencias de esa decisión, porque simultáneamente tienen el hábito del autoservicio constante, de la evaluación permanente. Son personas lentas para decidir pero rápidas para actuar una vez tomada la decisión. Lucha por los resultados, pero no te aferres a ellos; identifica y separa lo principal de lo secundario, esto en definitiva es una maestría de la cual tú saldrás convertido en ingeniero en felicidad, es decir, en humano que sabe lo que tieneque ser y hacer para vivir una felicidad constante. Complementando lo anteriormente señalado, quiero decirte que seas curioso y aventurero, en el buen sentido del término; hazte amigo de la constancia, recuerda que si eres perseverante, lo que parecía imposible estará a tu alcance, nada más mira con atención si esa es la mejor manera de hacerlo. 
Descarta caminos únicos, siempre hay otras maneras de llegar al mismo objetivo. Asegúrate de que cada día sea un paso rumbo a tus objetivos. Recuerda también que tú tienes el poder de elegir, entonces elige que tu vida sea tu principal proyecto, tu mejor empresa, tu mejor obra de arte. 
Reinventa tu vida constantemente, haz una lista de todas las cosas que no quieres más, que interfieren en tu realización y, gradualmente, solo o con ayuda externa, elimínalas. 
Preserva la solidaridad, porque nadie surge solo, todos necesitamos socios inteligentes y aliados estratégicos que vibren en nuestra misma frecuencia. El resto es caminar con seguridad, con alegría, con entusiasmo por los senderos de la vida, apasionándose desapegadamente, deshilachando lo convencional, preservando la serenidad en plena turbulencia, convirtiéndote en un manantial de buen ejemplo para quienes te conocen. Sumérgete a fondo en la vida, encarna lo que crees, repítete cuantas veces sea necesario lo que precisas recordar, dialoga con la vida y sus sorpresas con valor y creatividad. 
Poderosa es la persona que se conoce, que sabe el valor del tiempo y su ferviente fugacidad. Lánzate, atraviesa el bosque del qué dirán y la opinión pública y llega hasta la desembocadura de tus mejores sueños; allá, justo al borde del abismo más profundo, crece la flor de la felicidad, de pétalos transparentes y roció constante; en ese intersticio entre la sorpresa y el vértigo te encontrarás en tu magnitud abrasadora, escalando hasta la cima de tu realización personal. Vuela al vacío del atrevimiento y continuemos este itinerario de complicidad iniciática. 
Nuestra siguiente ruta es descubrir la misión, eso que tienes que ser y hacer para posibilitar tu evolución. Hasta la próxima.
Chamalú
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